Martínez: “No disfruto adentro de la cancha”

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Lautaro Martínez cree que para ser distinto adentro de la cancha, hace falta ser distinto afuera. Y como pensar es una parte muy grande de ser, ser distinto comienza en pensar distinto. La disciplina y el profesionalismo, son las herramientas que el joven delantero elige día a día para sacar ventajas por sobre sus compañeros. No se conforma con lo que le ofrece un entrenamiento y busca por fuera del club diferentes formas de intensificar el cuidado de su cuerpo, por ejemplo. “En los pequeños detalles es donde uno puede hacer la diferencia”, explica, luego de contar que le pidió a su representante que le consiga una nutricionista personal. Es tanta la obsesión que tiene por los detalles, que no se permite disfrutar adentro de la cancha: “Estoy todo el tiempo concentrado en hacer bien las cosas, pensando. Eso no me parece disfrutar”. Lo que más goza de su trabajo, es analizar los vídeos que él mismo le pide al cuerpo técnico, porque siempre aparece el recuerdo de alguna jugada donde considera que se equivocó y su intención es corregir esos errores. “Cuando jugaba en Bahía Blanca tenía que irme hasta un canal que transmitía los partidos y comprarlos. Ahora me los mandan editados y todo”, recuerda el Toro.

Su forma de ser puede asombrar a muchos, pero él lo siente natural. “Si hacés las cosas bien afuera de la cancha, adentro seguro te va a salir todo bien”, reflexiona, mientras se acomoda la bota ortopédica que debe usar en su pie izquierdo durante la recuperación de la rotura del quinto metatarsiano. Con la convicción de ser cada día mejor que ayer y un poco peor que mañana, Lautaro Martínez es el espejo de lo que tiene que hacer un juvenil para ser diferente y destacarse. Cuando abre la boca para hablar sobre sus métodos, es cuando el resto debe parar la oreja y aprender.

-¿Cómo estás llevando la recuperación?

-Con mucha tranquilidad. Me sacaron el yeso, me hicieron una placa y todo va en orden. Pero todavía tengo que cumplir los dos meses de inactividad y recién ahí voy a volver al campo con los kinesiólogos y pensar en volver a ponerme los botines. Lo más importante es tratar con cuidado al dedo. Creo que estaba en mi mejor momento cuando me lesioné, pero ya lo dejé atrás. Ya pasó la operación que es lo más difícil, ahora estoy muy contento de ya estar en la pretemporada, de compartir tiempo con mis compañeros. Se está armando un grupo muy lindo. No puedo formar parte en la cancha todavía, pero sumo lo que pueda desde afuera.

-¿Sufrís de ansiedad en estos momentos?

-No me cuesta esperar. En algún momento tuve a grandes delanteros por delante y sin embargo ignoré varias ofertas que tuve para irme a jugar a otros lados, por ejemplo. Siempre supe que en algún momento iba a tener la oportunidad para demostrar que puedo jugar en este club. Confié en mis condiciones, en que el técnico me iba a dar la chance y me entrené para no desaprovecharla.

-¿Qué era lo que te ataba a Racing en esa época que ni siquiera jugabas?

-Puede ser que sea eso de no querer quemar etapas… En ese momento no estaba adaptado del todo a lo que era Buenos Aires, la ciudad. No estaba listo para irme. Siempre sentí que podía jugar en Racing y era lo que quería hacer. Por eso elijo quedarme.

-¿Es muy distinta la vida en Bahía Blanca?

-Sí, la principal diferencia de la vida en Bahía y Buenos Aires tiene que ver con todo lo que rodea al fútbol. Yo a los 15 años ya jugaba en primera, pero no tenía nada que ver con esto que estoy viviendo. Te encontrás con todo esto -señala a las cámaras-. Los periodistas, los hinchas… Se vive muy intensamente, no deja de sorprenderme. Uno tiene que adaptarse rápidamente al entorno porque son cuestiones con las que se conviven día a día.

-¿Es difícil disfrutar de tu trabajo con ese entorno que señalás?

-Cuando me toca estar adentro de la cancha no disfruto nada.

-¿Por qué?

-Porque estoy constantemente concentrado en el partido, queriendo ganar, peleando todas las pelotas, pensando. Eso no es disfrutar. Puede ser que disfruto cuando meto un gol, pero me dura dos minutos y después vuelvo a lo mismo de antes. La concentración y el pensar es fundamental para jugar, yo lo trabajé mucho de chico y me ha ido muy bien. Son formas de vivirlo. Lo que sí, cuando estoy afuera disfruto lo que hice adentro. Me mantengo al margen de lo que se dice y entonces cuando termina todo soy feliz pensando en lo que logré en un partido y mirando videos.

-¿Qué videos buscás?

-Me gusta mirarme a mí mismo. Para corregir cosas más que nada. Después de los partidos siempre le pido los videos al cuerpo técnico, porque algunas jugadas donde me equivoco me quedan en la cabeza. A medida que se van incorporando estas herramientas uno va mejorando.

-¿Es una actitud propia o alguien te lo recomienda?

-Es algo propio, nadie me lo inculcó. Desde inferiores que vengo manejándome así e incluso cuando jugaba en Liniers de Bahía Blanca también. Ahora me los dan editados y todo, antes era un tema conseguirlos. En Bahía había un canal de televisión que transmitía los partidos, y yo me iba hasta el canal para pedir los videos. Los tenía que comprar porque gratis no me los iban a dar.

-¿Invertías tu plata en comprar partidos para mirarte?

-Y bueno… era mi sueño ser jugador profesional. Ahora me toca que me lo editen y que me lo manden todo armado. Por ahí algunos se sorprenden por mi manera de ser o de pensar. Yo lo siento con total naturalidad.  Trato de estar al margen, de disfrutar todo esto porque es algo que soñé desde chico.

-¿Buscás otras ventajas por fuera de lo que es el club?

-Le pedí a mi representante que me consiga una nutricionista personal hace un tiempo. Vivo en Avellaneda y me queda en Castelar, flor de viaje tengo, ja.  No es por faltarle el respeto a la nutricionista que tiene el club, es una manera de seguir mejorando, de intensificar ese tipo de exigencias. Hago foco en los pequeños detalles.

– ¿Es difícil detectar esos detalles?

-En ese sentido es donde uno puede aprovechar a los compañeros experimentados que tiene. A mí me toco tener muy cerca a Milito, Saja, Videla, Aued. Siempre trato de mirarlos, nunca me meto, solamente observo y escucho. En los pequeños detalles se hace la diferencia, aprendiendo de ellos los podés perfeccionar. Eso también contribuyó mucho a que me quede en Racing. No me quería ir de un grupo tan bueno, con es mentalidad tan ganadora, tan unido y con tantos referentes de los que aprender.

-¿Cuándo te diste cuenta que en los pequeños detalles estaba el secreto para sacar ventaja?

-Si bien desde chico intenté ser lo más profesional posible y buscar ventajas extra por fuera de lo que es el entrenamiento en el club, cuando me subieron al plantel profesional fue cuando me di cuenta de que todos los días hay que querer superarse. El cuidado del cuerpo, prestar atención a las comidas y los descansos son muy importantes para superar a tus compañeros en la competencia interna del plantel. De eso se trata.

– ¿Para ser distinto hay que pensar más afuera de la cancha que adentro?

-Sí. Adentro de la cancha tenés que pensar porque es ahí donde la gente realmente te mira. Pero afuera de la cancha tenes que hacer todo bien para que adentro te vaya bien. Si afuera haces las cosas mal, adentro seguramente te va a ir muy mal.

-¿Sampaoli te sembró un nuevo sueño?

-Uno siempre sueña con todo eso. Tuve la suerte de conocerlo, intercambiar ideas, mirar videos. Ojalá me toque la chance de vestir esa camiseta, porque voy a seguir entrenando para estar preparado y aprovecharla.

-¿Cómo tomás las ofertas que aparecen cuando ni siquiera estás jugando?

-Los sondeos que me estuvieron llegando los tomo como todos, con total normalidad. Hoy lo único que quiero es recuperarme de esta lesión, volver a entrenar. Sufro de ver a mis compañeros entrenando desde una pileta recuperándome del dedo. Estoy haciendo cuatro sesiones de kinesiología por día, ya estoy un poco podrido.

-¿Te considerás el comandante de esta nueva camada de juveniles que está apareciendo?

-Hay muchísimos juveniles en gran nivel. Por ejemplo Matías Zaracho. Cuando yo subí a primera hablaba mucho con Aued y siempre le decía que Zaracho iba a ser un gran jugador. Compartí muchos partidos en reserva con él. Además es de esos jugadores que a los delanteros nos hacen bien, siempre te la da redonda para que metas el gol. Quizás después él no sale en la tapa, pero nunca te va a dar una pelota sucia. No me considero comandante de una camada, solamente entreno para superarme y para que los que vengan de abajo se contagien un poco.

1 Comentario

  1. Estoy gratamente sorprendido por el nivel de maduración que tiene Lautaro. Lo único que deseo es que lo disfrutemos por lo menos tres años, más no creo que nos de el cuero.

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